Con el transcurso del tiempo y de incontables generaciones, nuestra percepción de los colores ha trascendido de lo objetivo, de la comunicación superficial, y nos hemos lanzado a una vía totalmente nueva de expresar sensaciones, de relatar sentimientos, en ausencia de palabras mayores. Impactan en nuestra psicología y nos causan diferentes estados de humor, dependiendo del color que estemos observando.
A consecuencia de esto, las empresas se percataron de un nuevo horizonte de oportunidades: los colores corporativos de la empresa y de sus productos.